Saúl Sánchez Toro * Colombia
¿DE cual paz usted me habla?
No se señor Presidente,
de cual Paz, usted dialoga
si en la calle está de boga
el murmullo de la gente,
que aclama, reclama y siente
lo que el poder popular
a gritos hace volar,
porque esta nuestra Nación
recobrando la razón
ahora pide al tirano
que baje y le de la mano
a un pueblo que sufre y siente
como se vive el presente
en medio de tanta hambruna
afugias, como ninguna
se hayan visto en la población
a causa de la corrupción
que carcome a su Gobierno
y que en medio de este infierno
nos lleva a alzar nuestra voz.
No se señor Presidente
de cual paz usted me habla,
si allá a lo lejos se ve
la humarada que producen
los cañones y fusiles,
los tatucos y metrallas,
los mismos que se acallaron
en esa inutil batalla
que se signó sin violencia
en el Pacto de la Habana.
Y no se señor Presidente
a cual Paz es que se refiere
si veo allá en la Guajira
a un pueblo que de hambre muere
y además padece de sed
por que el señor del carbón,
desvió para el Cerrejón.
el agua que un día heredaron
y que Natura les dió.
Si me tropiezo en los barrios
con niños que están llorando
por el hambre que los mata
y a sus padres impotentes
por no poder hacer nada.
Si en el campo, solitario,
llora el pobre campesino
que se ha quedado sin tierra,
ahora del terrateniente,
sin su mujer y sus hijos,
ahora hijos de la Guerra,
o en manos del Gran Señor.
Y los pocos que producen,
compran sus insumos caros,
venden cosechas baratas
que adquiere un revendedor
para vendérnoslas caras.
Abismales diferencias
entre las clases sociales,
que se agigantan al ritmo
de políticas raizales
hechas para conveniencia
de familias y de clanes,
solo para los de arriba,
los que explotan al de abajo
que usan como el gran apoyo
para enriquecer sus bancos:
entidades que nos cobran
hasta el suspiro en el aire.
Puestos de poder que rotan
como puertas giratorias,
entre bandas criminales
conformadas por parientes
que heredan todos los males
y después pasan a hijos
como sus padres, iguales.
De cual PAZ usted me habla
cuando a la Nación desangran
esos poderes creados
para aplicar la justicia,
amañada a sus antojos
y que usufructúan amigos,
todos sin pena y sonrojo.
Un Pueblo sin pan ni casa,
sin agua, sin energía,
sin trabajo y medicinas,
es un pueblo que protesta
con justa razón y causa.
Los Misak se desmoronan
al igual que los Catíos,
los Emberá y los Guambianos
los Guanacos y Paeces
los Nasas y Totoroes
toda esta gente intranquila,
que si ustedes se descuidn
este País se amotina
Por eso yo le pregunto,
a usted señor presidente:
de cual paz, usted me habla?
De veras usted no sabe
lo que este Pueblo, su pueblo,
hoy con sangre derramada,
está en las calles... sintiendo?